En lo que se refiere a tratamientos para la piel, actualmente podemos encontrar múltiples opciones que varían en función de las necesidades de cada persona. Uno de los nuevos descubrimientos en el mundo ‘beauty’ ha sido el ácido salicílico, una fórmula que limpia los poros en profundidad, regula la producción sebácea y evita la formación de comedones.
Los beneficios del ácido salicílco
El ácido salicílico, que se obtiene principalmente de la corteza del sauce blanco, es la opción ideal para aquellas pieles grasas o con tendencia acnéica gracias a sus principales activos, que asimismo contribuyen a mantener la textura y el tono de la piel de forma suave y uniforme. Asimismo, entre sus beneficios destacan que el ácido salicílico cuenta con propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, lo que hacen que sea la opción perfecta para las pieles mixtas y grasas gracias a que también actúa como exfoliante.
¿Cuándo se debe utilizar el ácido salicílico?
En la actualidad, podemos encontrar el ácido salicílico en infinidad de cosméticos, lo que hace que introducirlo en la rutina de belleza sea más sencillo. Gracias a que una de sus principales funciones sea la de actuar como exfoliante, las cremas hidratantes, limpiadoras y los serums faciales son una buena opción para incluir el ácido en nuestra rutina. No obstante, los especialistas recomiendan no emplear el producto de forma constante –una vez por semana en las pieles mixtas o grasas y cada 15 días en las pieles más secas o débiles– pues elimina en profundidad las impurezas de la piel y el uso continuo podría producir sequedad e irritación.